La
desencarnación es el acto que lleva a cabo el espíritu cuando se desprende de
su cuerpo cada vez que finaliza su misión en una existencia.
Todas
las manifestaciones que se producen en el Universo tienen su origen en la vida
que genera el Ser creador y que ejecutan los espíritus, sus hijos.
La desencarnación
es un acto de vida que tiene que enfrentarse con la misma alegría con que se
recibe el nacimiento o encarnación en una nueva existencia.
La
alegría que experimenta el espíritu cuando deja su materia, al lograr una
integración más completa con la Creación, es un motivo más que suficiente para
hacer de este acto un acontecimiento de amor y progreso.
Todo
en el Universo tiene vida, nada está desprovista de ella, por lo que la desencarnación
es otra forma de demostración de la vida.
Llegará el
día en que el nacimiento como la finalización de una existencia, tendrán
similar valor espiritual para los seres humanos y entonces, el tránsito del
espíritu encarnado a desencarnado será un acto de felicidad, paz y armonía,
como lo es el nacimiento o alumbramiento de un nuevo ser.
Al
dejar el cuerpo físico también se produce un “alumbramiento”, ya que el
espíritu comienza a ver con mayor claridad y honestidad sus propias obras, sin tantas
falsedades con las que, a veces, trató de justificar sus actos mientras estuvo
encarnado.
¡Es un reencuentro con la verdad de
uno mismo!
Este
“alumbramiento” levanta el “telón” que descubre la simulación o representación
artística que el espíritu pudo haber puesto en escena, representando el papel
que se impuso al mimetizarse con su propio ego.
En
ese momento se acallan los aplausos interesados que podrían haberse cosechado,
traídos de la mano de algún éxito efímero y temporal.
En
este acto, a su vez, se levanta el otro “telón” que reconecta al espíritu a la
vida eterna y continuada en el “gran escenario” del Universo.
Todo
parece adquirir otra dimensión espiritual, cuando en realidad, la verdad
universal siempre ha sido la misma sólo que el espíritu opacado por su materia
no la pudo o no la quiso ver.
La
expansión de la conciencia individual nos permite descubrir que podemos hacer
efectiva nuestra conexión consciente con el alma universal. En ese momento de
iluminación comprenderemos que todas
nuestras existencias deben transitar en paz y alegría en la UNIVERSIDAD DE LA VIDA, porque ese es el objetivo que perseguimos
dentro de la Creación.
¡Viva el
eterno proceso de nacer, reflexionar sobre lo vivenciado y renacer!
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