domingo, 4 de marzo de 2018

Ama tu cáncer


    

  La concepción filosófica a la que adhiero por conocimiento y sentimiento, me induce a pensar que toda manifestación de vida que nos muestra el universo nace potencialmente de un centro vibratorio que solo concibe la existencia del amor y la ignorancia.

     La tarea consiste en traer a la vida material de cada día lo que he aprendido de la considerada vida espiritual. “Con los pies en la tierra y la cabeza en el cielo.”  

     Cuando la maravillosa vida que he llevado en esta existencia ha tenido la virtud de vapulearme profundamente en algunos momentos; siempre ha sido para despertarme de la falta de voluntad, proceder irreflexivo u otra forma errónea de comportamiento.

     Con ese estremecimiento interior me he visto obligado a remitirme a mis raíces, al origen de lo que viví como el ejemplo de mis padres y maestros de la vida, que transitaron por mi cotidianidad dejando siempre una reflexión útil para rescatar.

     Ahora comprendo que fueron un “reflejo”, un espejo que me “mostraba” como me estaba conduciendo en mi vida.

     Ya comenté en otros escritos por lo que felizmente tuve que pasar en algunas de mis vivencias que me despertaron estas nuevas e inéditas emociones que me predispongo a comentar.


     He adherido a la concepción del universo que sostiene que:

Ø  Aparecemos en el escenario del universo con dos ideas “fuerza”. Una que me señala que conviven conmigo el amor (que es fuente de mi sabiduría) y la otra que me recuerda mi ignorancia (por ser un novato que desconoce cómo se vive en la universidad de la vida);

Ø  No existe la muerte entendida como extinción definitiva de la vida. En mí predomina el concepto de que “nada se pierde, todo se transforma”.

Ø  No existe el bien ni el mal en sí mismos, más que como efecto o consecuencia de la falta de amor y dado nuestra ignorancia.

Ø  No existe la enfermedad. Ese malestar lo crea el medio ambiente, el mercantilismo de médicos, farmacéuticos, laboratoristas y los desencuentros con nuestra alma.

     Ya he manifestado que el Cáncer, es un malestar que la sabiduría de mi cuerpo manifestó como un mensaje de alerta para que corrigiera el rumbo del camino que estaba recorriendo. Gracias a la asistencia espiritual recibida y a la detección de la causa que lo originó, hoy siento que he mejorado e incidido sobre la curación del malestar que me aquejaba.

También corroboré que el cuerpo actúa como subconciencia de la conciencia.

     Las razones y sentimientos que me impulsan a Amar a mi cáncer las expongo seguidamente:

Ø  “El amor mueve montaña” y, a su vez, es una de las dos ideas fuerza que rigen la vida en el universo. “El amor puede más que el odio, el resentimiento o cualquier otra manifestación agresiva”; la existencia en mi alma de alguno de estos sentimientos indican una ¡falta de amor!

¨      Los profetas nos enseñaron “Amad a vuestros enemigos”.

¨      La ley de atracción o afinidad opera desde el momento en que formé mi alma y mi cuerpo.  En ese acto “fundacional” del inicio de mi aprendizaje en el mundo de la materia, constaté que éste pudo producirse porque los átomos y células componentes de ambas entidades sintieron que el grado de magnetismo que generé, despertó en ellos el grado de amor eficiente que los hizo sentir afines con el sentimiento que emanaba de mi convocatoria.

¨       Las células que supuestamente se rebelan en los malestares que siente el cuerpo y lo hacen disparar la alarma de advertencia al espíritu, sienten que el amor que lo convocó originariamente, ha dejado de ser suministrado. Por lo tanto, esas células reclaman el amor que ya no reciben;

      
     La enseñanza o experiencia que me dejó esa vivencia me permite comentar que:

Agradezco haberle dado la bienvenida al malestar que me despertó con su doloroso ajetreo a una realidad interior que tenía adormecido y por lo tanto, no era reconocida por mi personalidad.

Mi conciencia comenzó a trabajar “activamente” en reeducar mi ego y en tanto lo voy logrando, detecto que aumenta mi inclinación hacia la creatividad espiritual.

En medicina predomina el concepto de que las células que se enferman, se rebelan contra el organismo por eso hay que atacarlas para que no sigan destruyendo a las células sanas.

Sin dudas que hay que evitar que el proceso de malestar avance, pero concomitantemente hay que tomar conciencia que esas células son tan buenas como las otras que aparecen como sanas, porque no hay células buenas y células malas.

Lo que aconteció fue que el amor con el que debía alimentar e irrigar todas las células de mi organismo no fue suficiente para esparcirse en las “parcelas” de mi garganta y esa falta de amor permitió la creación de una zona árida y apta para que proliferara el malestar que la invadió.

Si hubiese considerado el cáncer como un enemigo, siendo que soy el responsable de su aparición, me olvido que una idea fuerza del universo es amar a todo lo que existe, aún aquellos que me desagradan.


Al respecto, Anthony de Mello nos recuerda que la vida en este mundo es un ESPEJO, si no te gusta lo que recibes fíjate bien lo que emites.

               El Kybalion nos enseña que: Como es Arriba es Abajo, Como es Adentro es Afuera.

Por lo tanto, si he creado las condiciones para que ese malestar se corporice en mi organismo, soy responsable de eliminar la causa que lo generó. Si odio o maltrato al cáncer considerándolo mi enemigo, también puedo hacer extensivo ese sentimiento hacia otros malestares, circunstancias o personas no queridas, con lo que mi capacidad de amar se verá seriamente obstaculizada para manifestarse.

Una actitud negativa o agresiva no permitirá que el amor se despierte en mí; por lo que no podré prodigarlo ni compartirlo con mis semejantes lo que me encerraría en un círculo vicioso que se constituiría en un serio obstáculo para cumplir con amor mi misión.


conclusión

Solo el amor educa, sana y conduce hacia la vibración de nuestro mundo interior.
La salud que instalemos en nuestro interior es la más eficaz protección energética que nos defiende contra todos los malestares.

La mejor dieta que nos mantiene sanos es la de hacer ayuno permanente de pensamientos negativos y acciones ofensivas.-





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